UN FLACO GENIAL

Fue una de mis debilidades desde que siendo un imberbe chavalito de poco más de once años le ví jugar por primera vez. Fue en la final del Bernabéu contra el Milan, que barrió a su equipo, el Ajax,por un 4-1. Pero aquel equipo prometía, melenas aparte, y el tipo que llevaba el número 14 me dejó alucinado. Ya había oído hablar de él, por su forma de jugar, elegante, señorial, con un punto sobrado, pero capaz de ver lo que nadie veía con un par de segundos de anticipación. El paso del tiempo no hizo sino ver cumplir mis augurios, el Ajax de Amsterdam y su estandarte, Johan Cruyff, arrasaron los campos de futbol europeos enseguida. De aquel formidable equipo me quedó su alineación tipo: Stuy; Suurbier, Blakenburg, Hulshoff(qué central), Krol; Neeskens, Haan, Mühren; Rep, Cruyff, Keizer. No tengo que mirarla en Google, me la sé de memoria. Junto a la selección de Brasil de 1970 el mejor equipo de fútbol que he tenido la fortuna de ver jugar. El fútbol total, la máquina perfecta, los melenudos imparables. Y su líder, su estandarte, el flaco número 14, un cerebro privilegiado, que había aprendido a jugar contra tipos rudos, verdaderos armarios roperos, pero a los que sorteaba con una agilidad felina y una elegancia, en ocasiones insultante. En mi adolescencia soñaba con estar jugando a lado de él y sus compañeros. Aunque fuera de reserva. Luego llegó el Mundial de 1974 y aquel equipo ayudado por jugadores del otro equipo holandés, el Feyenoord, y con Cruyff a la cabeza, maravillaron al mundo con una actuación memorable que solo quedó coja por la final perdida con Alemania. Pero nunca, en toda la historia futbolística, un perdedor recibió tantos elogios y aún hoy en día la Holanda del 74 está en el recuerdo como algo sublime. Por cierto, Cruyff siempre se culpó de la derrota en la final.

La suerte y el dinero hizo que disfrutáramos de su presencia en España con el Barça, que pagó una fortuna en su época. Ahí cumplí uno de mis sueños, verle jugar en directo en el Nou Camp. Una serie de felices acontecimientos lo hicieron posible. Fue frente al Castellón, que se llevó un 5-0 y el "flaco" marcó un gol de falta directa pasando la barrera limpiamente pegando al balón con el exterior del pie!!! Impresionante. Luego vino el 0-5 al Madrid en el Bernabéu y el gol al Atlético de tacón, entre otros muchos.
Pasado un tiempo llegó su época de entrenador del mismo equipo, el Barça, y aquí ya se acaban los elogios, las hazañas, sólo queda un nombre: DREAM TEAM. Su forma de entender el fútbol y la vida las llevó a su máxima expresión durante unos años increíbles. Junto al chupa-chups inició una revolución de cómo entender este deporte y cómo jugarlo, llegando a maravillar al mundo y traspasando las propias fronteras deportivas. Se llegó a estudiar en escuelas de negocios como forma de entender el trabajo en equipo, sacar el máximo rendimiento a las personas. cómo lograr los éxitos con una gran dirección. Jugadores que hasta entonces no pasaban de ser buenos jugadores los convirtió en estrellas: Bakero, Alesanco, Koeman, Eusebio, Guardiola, Salinas, Stoikov, Goicoechea, Ferrer, Nadal,... los juntó y armó un equipo granítico que hechizó a todos por su juego. Todo se definía en una frase del propio Cruyff: "prefiero ganar 5-4 que 1-0". Un legado recogido por alguno de sus discípulos y del que ahora disfrutamos, en ocasiones. El éxito de la selección española de los últimos años está basado en esta filosofía de juego.
Por desgracia, no ha podido hacer uno de sus famosos regates a un enemigo poderoso, un cáncer de pulmón se lo ha llevado con 68 años de forma muy imprevista. Pero su legado, su testamento deportivo seguirá presente en la mente de los aficionados por muchos, muchos años. Será uno de los grandes; junto a Pelé, Best, Di Stéfano o Maradona.
Por haber tenido el placer de verte jugar y luego entrenar, disfrutando a tope con el fútbol:
¡¡¡¡¡ GRACIAS JOHAN CRUYFF !!!!!