PISAGATE
El último informe PISA sobre la educación en el mundo ha levantado, en España, posiciones encontradas. Por una parte, parece que hemos subido el nivel con relación a los nefastos resultados de otros años, y por otro, se denota una fuerte diferencia académica entre los alumnos del norte y del sur. Regiones como Castilla y León, Madrid o Navarra, obtienen unos resultados francamente buenos, mientras que Extremadura, Andalucía y Canarias, no hacen sino empeorar. Queda como caso curioso el País Vasco, donde los resultados son muy deprimentes y que se achacan el excesivo celo en el uso de las materias muy relacionadas con la nacionalidad y la identidad en lugar del aprendizaje puro y duro.
Desde luego les ha faltado tiempo a los políticos para sacar pecho y decir que es consecuencia de las políticas adecuadas, bla, bla, bla,... También el colectivo de profesores se apunta al carro y asegura que esto es consecuencia de la implicación del profesorado y sus ganas de evolución. Miren ustedes, que todos se olvidan de lo más esencial, los alumnos y luego los padres. Porque las políticas educativas, tanto a nivel nacional, como autonómico, son francamente muy mejorables y tienen más agujeros que un colador. En el tema del profesorado el asunto tiene más miga. Es cierto que en algunos colegios, de forma bastante autónoma y solitaria, se intentan y consiguen con nuevas formas de enseñanza basadas en pedagogías modernas, donde el protagonista es el alumno y donde el profesor vuelve a ser el maestro, el guía que pone los caminos para que sean recorridos. Estos lugares sí están logrando muy buenos resultados y unos avances importantes, pero la gran mayoría sigue anclada en un sistema obsoleto que no responde a las necesidades de los alumnos ni de la sociedad. Demasiado centrados en cumplir el temario, cueste lo que cueste. El tema de los deberes n oes sino la punta de un iceberg muy profundo.
Se busca una educación integral que comienza en casa y la escuela es una correa de transmisión de la misma, por lo que la acción de los padre/madres es decisiva. Ahora, más que nunca, es necesaria la simbiosis casa-escuela.
Los políticos harían muy bien en no mirarse tanto el ombligo, porque una de las claves de que países como Singapur o Finlandia sigan en los puestos más altos del informe, además con una buena ventaja, es que LA INVERSIÓN EN EDUCACIÓN NO SE TOCA, incluso en épocas de crisis. Y que la educación es un asunto nacional, que se trata a nivel nacional y se hacen estudios y trabajos para varios años, no dependiendo del partido político que mande. En esos países los profesores son respetados y bien pagados, exigiendo a los mismos evaluaciones continuas para su mejora.
Este informe PISA tiene sus partes muy oscuras, hay muchas variables que no terminan de encajar, muchos colectivos no lo consideran válido, muchos alumnos no responden en los cuestionarios porque no son obligatorios, muchos profesionales de la enseñanza lo consideran un coñazo y que no representa fielmente la realidad de nuestros alumnos.
Ahora que se habla tanto de consenso, diálogo, etc... es un buen momento para llevar a la práctica este axioma, sobre todo en asunto donde un país se juega tanto como la educación.
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