PEINETA EUROPEA
Estos italianos si que saben. Hay países que tienen fama de buen vivir, buen comer, buen entendimiento por la vida, pero como los italianos nadie. Desde que cayó el Imperio Romano es un país que ha vendido su glorioso pasado como nadie, para que no se mirara su presente. Un hombre italiano es chuleta, simpático, algo desvergonzado, pero muy educado; vamos que te la mete doblada y encima te pide perdón y tú se lo agradeces. Las mujeres italianas se definen con una expresión: "mamma mía".
Pero son un pueblo que durante más de 1400 años ha vivido desperdigado, sus tierras estaban en manos de otras potencias europeas que la usaban como un tablero de ajedrez donde se jugaban importantes batallas de diplomacia europea, al capricho del que mandara. Garibaldi les dió sensación de nación, de unidad, en base a valores intocables e insobornables: familia, sangre, territorio. Con más fachada que auténtico poder ha estado en los grandes momentos de la historia del s..XX, con una habilidad tremenda para salir en la foto al lado del ganador y sin desgastarse en demasía. Ello les llevaba a una forma de hacer política la mar de curiosa, que los italianos definían de la siguiente manera: "cuanto peor vaya el Gobierno mejor va el país". Capaces de vender "la dolce vita", los Ferrari, spaghettis, cine neorrealista, Sofía Loren y el amante latino, siempre han sido vistos con simpatía y algo de envidia en cualquier lugar del mundo. Su economía, basada en un sistema productivo que merecía un estudio sociológico, le hacía siempre pertenecer a las élites mundiales. Son los mejores representantes del sur de Europa. Y por eso, nunca han mirado con buenos ojos a los países del norte, los consideran demasiado "fríos". Claro ahora pintan bastos en el conglomerado europeo y los italianos no se achican. Toda Europa, con Alemania a la cabeza, pidiendo a gritos que Mario Monti ganara las eleccciones, que Berlusconi desapareciera de golpe y que ningún anti-sistema, ni anti nada lograra asomar la cabeza y ¡toma! van ellos y le hacen una peineta a toda Europa. Berlusconi resucita cual Ave Fénix, Beppe Grillo logra un resultado tremendo y el "elegido" Monti se lleva un batacazo de los de época, para finalmente ganar las elecciones un comunista, Bersani, reconvertido en socialdemócrata. ¡Con dos bemoles! Son competitivos al máximo, sin medias tintas.
Acaso sea el mejor resultado posible, en una Europa triste, acongojada, sujeta al traje de la austeridad que no lleva a ninguna parte, los italianos han pronunciado un sonoro basta y han pronunciado alto y clarito que lo que hace falta es más unidad humana y menos euro, más personas y menos establishment, más alegría y menos pantalones tan ajustados. Europa es de los europeos, no de quienes la tienen secuestrada, tiene que ponerse en en s.XXI y no mantenerse mentalmente en la primera mitad del XX. Europa es la cuna de civilización e Italia es el biberón de la cuna y nadie les va enseñar a estas alturas como se cuece un horno. Puede que hallan provocado una catástrofe, pero quizá va siendo hora de quitarse las máscaras y enseñar lo que cada uno tiene, de que sean los países y las personas que en ellos viven los que decidan el futuro de Europa, de mandar al carajo a Estrasburgo, a Bruselas y a las madre que las parió, de decir a eso que se denomina "los mercados", que mientras un ser humano pise la tierra, éste siempre será más importante.
Ojalá cunda el ejemplo.
¡¡¡ FORZA ITALIA !!!
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