PERO 

¿QUÉ HEMOS HECHO PARA MERECER ESTO?

Dentro del esperpento continuo en que se ha convertido este país, en especial en temas políticos,  surge un nuevo punto caliente. En Ponferrada se ha armado la de San Quintín con el cambio de alcalde debido a una, muy polémica, moción de censura. Hasta aquí la cosa estaría más o menos clara, dentro de los parámetros políticos, pero es que la peor caspa hispana ha salido a relucir. Un alcalde del PSOE logra el bastón de mando gracias a los votos de un tipo, Ismael Alvarez, juzgado y condenado por acoso sexual, el famosísimo "escándalo Nevenka" de hace algunos años. Un caso donde se vió el plumero a mucha gente, empezando por las feministas socialistas que pronunciaron frases del tipo: "que se joda, por ser de derechas".  Los y las populares apoyando descaradamente al acosador y poniendo la mano en el fuego por él. La denunciante tuvo que emigrar de Ponferrada y el acosador va tan campante por la ciudad y todo el mundo corre a darle una palmadita. ¡Alucinante! Para más inri, la moción de censura se celebra el día 8 de marzo, Día Internacional  de la Mujer. Redondo y con colorines. Roma no paga traidores, el tal Alvarez pasó la factura con intereses, a los que no le bailaron el agua en su momento. Ya en el colmo de todos los despropósitos y tras unos dimes y diretes muy suculuentos a efectos periodísticos el nuevo alcalde, Samuel Folgueral  y los 7 concejales socialistas abandonan el PSOE, pero no sueltan la prenda: la alcaldía. 

Ante esto, la gente más o menos "normal" se hace preguntas:

¿ La ética humana ha desparecido?

¿Dónde están todas esas feministas que despotricaron contra Toni Cantó y ahora guardan un silencio atronador?

¿El PSOE sabe dónde está o se le supone? Del PSOE castellano-leonés, mejor no hablar.

Y qué decir de muchos habitantes de Ponferrada (en especial mujeres) ¿ están abducidos por algo? Porque las cosas no se explican en circunstancias lógicas. A lo mejor la frase del periodista Millás no es tan descabellada, no hay más que acosadores  e  idiotas. Y también dan ganas de pedir  que se pare el auotbús y apearse. Antes de volvernos todos idiotas.

No sé si merecemos lo que tenemos, pero desde luego, lo que tenemos no nos lo merecemos.