BLUE MONDAY
Alguien que trabaja o trabajaba en 2005 para la empresa Sky Travel debía estar aburrido, triste, apático o sencillamente no tenía nada que hacer, que decidió inventar el Lunes Triste (Blue Monday). De ello se hizo eco un ex-profesor de la Universidad de Cardiff y se institucionalizó. La verdad que debería tener una depre mayúscula, ya que no se concibe que se puede pensar y organizar una cosa así sino es porque tus neuronas están de huelga. Y además decidió que fuera el tercer lunes de enero, después de calcular la fecha siguiendo una ecuación. Lo bueno del tema es que la idea ha cuajado y hoy toca ese dichoso día.
Vamos que ya de por sí los lunes son bastantes deprimentes, a lo que sumas que en enero hace más frío y el tiempo suele ser desapacible para que tengas la ecuación perfecta. No necesitamos ayuda externa, ya de por sí estamos tristes, los lunes son mayormente odiosos. Es una vuelta a la rutina, a los quehaceres, más o menos agradables, a estar pendientes de un horario y una agenda, es decir nos sentimos encorsetados. Si a esto se añade que te machacan desde el primer momento con el día que se celebra, la cosa ya alcanza niveles epidémicos. No se que fórmula o ecuación se ha utilizado para esto, pero si que sería buena que buscaran una para todo lo contrario, es decir buscar la fórmula mágica de la felicidad diaria, que buena falta hace.
Cada día, sea lunes, miércoles o domingo es una oportunidad de hacer cosas, de ver, sentir, disfrutar, oler, de crecer, en una palabra de vivir. Aprovechar cada día es una oportunidad única de hacer algo diferente, único, especial, con independencia de acto que se haga; puede ser trabajando, paseando, corriendo..., es sentirse vivo, dar gracias por ello y mirar el cielo (con nubes, con lluvia o claro) con una sonrisa y decir: ESTOY VIVO.
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