Y LAS URNAS HABLARON
¡Vaya si hablaron! El sopapo que las elecciones al Parlamento Europeo del 25 mayo han dado a los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, ha sido de escándalo. Los ha dejado anonadados. El PP, a pesar de alguna dirigente (Cospedal) que no se habían enterado de la fiesta, más parecía estar de funeral que celebrando un triunfo, pírrico claro. La calle se lo ha dicho clarito, que la crisis no se está gestionando bien, que los esfuerzos no están siendo compartidos, que la reforma de la Administración es ineludible, que ya está bien de políticos corruptos, que el paro no baja, que las reformas de la Justicia del ministro Gallardón no son justas, la educación de Wert, ...y podemos seguir. Ahora tienen que bajarse al fango y explicar qué hacen, porqué y para qué; y sobre todo que mientras no se vea un aire menos viciado lo pueden tener crudo en las próximas citas electorales. Veremos si han escuchado o van a seguir de gallegos.
Lo del PSOE ha sido peor, un terremoto que amenaza con liquidar todo el tinglado. Dimisión de Rubalcaba y elección de nuevo Secretario Nacional con todo lo que ello va a llevar consigo. Pero no todo va a acabar con esto, no se trata de cambiar rostros o nombres se trata de volver a conectar con la calle y de volver a sus orígenes actualizando los contenidos, se trata de eliminar la burocracia de un partido cuyos dirigentes rozan más la aristocracia que las masas obreras. Su tabla de salvación mira ahora a Andalucía con Susana Díaz que, de repente, se ha convertido en el hada madrina cuya varita mágica resolverá todos los problemas. Craso error. Puede que tenga buen respaldo popular en Andalucía, pero su CV de gestión anda cojo, una región con un 36% de paro, una deuda a nivel de bono basura, un clientelismo político enquistado en lo más profundo de la sociedad andaluza, los problemas no acabados de los ER's, etc... no es el mejor bagaje para intentar convencer al resto de España.
Además le han birlado votos por la izquierda, con la aparición casi mesiánica de Podemos, un partido que hace tres meses no existía y que, ahora tiene 1.200.000 votos, sobre todo de la gente más cabreada y que espera de alguien que prometa cambio, aunque sea ilusorio y poco realista, pero que se hace música celestial escucharlo. Luego ya se verá la auténtica realidad.
La sociedad ha cambiado, las necesidades también, pero estos dos dinosaurios no han sabido verlo, ni mucho menos esperarlo y veremos si tienen soluciones. Por el bien de España y los españoles esperamos que sí, pero se acercan unos tiempos políticos y sociales la mar de interesantes.
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