EL PERIODISMO DEPORTIVO ESPAÑOL
Hace ya algunos años logró unos éxitos impresionantes de audiencias un tipo de programa televisivo denominado "Tómbola". Lo que comenzó con unas gracietas, más o menos divertidas, terminó degenerando en unas charlas de taberneros y verduleras, rodeados de insultos, improperios y demás lindezas que, no se sabe porqué, terminó enganchando a millones de teleespectadores. El programa terminó como el rosario de la aurora, pero tiene su continuación en otros muy conocidos para el público general.
El problema de esto es que las cadenas televisivas deportivas de este país, cuyo nivel ya de por sí es bastante lamentable, se han apuntado últimamente a la moda y también manejan sus "Tómbolas" particulares. Punto Pelota, Marca Tv y ahora Estudio Estadio han llevado a sus platós lo más florido del periodismo deportivo en este país. Que, por cierto, no se sabían la cantidad de chupópteros, inútiles y mindundis que pululan por el panorama periodístico-deportivo de este país. Asustado estoy de la bazofia que puede existir en este gremio. Por supuesto he dejado de visualizar los programas porque son vomitivos. Pero la cosa no acaba ahí, muchas y muchos escriben en periódicos deportivos o trabajan en espacios idem y ¡hombre! que penoso. Sin tener ni pajolera idea, en su gran mayoría, se dedican a pontificar sobre aspectos del deporte (fútbol sobre todo) como auténticos gurús del medio. Individuos como Relaño, Manolete, Roberto Gómez y algunos más cuyos nombres afortunadamente no recuerdo han logrado algo impensable, que apague el televisor y me ponga a leer un libro, o cambie de canal y me infle a ver series americanas (cuyo nivel es excelente). Individuos que escriben crónicas como uno que se hace llamar el "cortador de césped" y que su gran aportación es una defensa numantina de Mourinho, a veces del Real Madrid, un ataque visceral a Del Bosque, a veces al Barça y cuyo personaje presume de que no tiene que escribir para vivir. ¡¡¡Pues escribe un libro con tus delirios o vete a meditar al Tibet!!! Porque el individuo, cuyos conocimientos del juego del fútbol son bastante bajos, no se corta un pelo a la hora de criticar todo aquello que no cuadra con ideas, si es que las tiene. No entiendo como un periódico como para le que escribe lo permite. ¿Libertad de expresión?
No puedo creer que el periodismo deportivo español haya caído tan bajo, ni que para tener una ¡¡exclusiva!! se tenga que gritar, insultar, mentir y todo lo necesario para sobresalir. A ellos se les une la fauna de ex-futbolistas, ex-árbitros ¡¡¡vaya gremio!!! y algunos otros que más les valía esconderse por vergüenza.
La gran mayoría solo habla de un asunto monotemático: Real Madrid-Barça y de cuando en cuando, de la selección nacional, que aunque perdiera con Brasil el otro día, SIGUE SIENDO LA CAMPEONA DEL MUNDO. Del resto de los deportes ni papa, con la disculpa de que es lo que la gente quiere... con todos mis respetos ¿y ellos que saben lo que la gente quiere?
Esto es extensible a los personajes de la radio y de las transmisiones deportivas en las televisiones, auténticos hooligans que se creen graciosos, que piden respeto a su persona, cuando ellos no respetan absolutamente a nadie. Además de tener un vocabulario muy escasito de términos, lo que les hace meter la pata con bastante asiduidad.
Con los dedos de una mano se pueden salvar algunos que aún merece la pena leerles o escucharles, no doy nombres para que los demás no se sientan ninguneados.
Todo en medio de la gran batalla que los dos grandes imperios de la comunicación en España libran y que han llevado al periodismo español, en general, a unos niveles de cutrez, amiguismo y pesebrismo insoportables.
No se lo que se enseña ahora en las Universidades en la carrera de Ciencias de la Información, ni tampoco se como eligen las direcciones de los medios de comunicación a su gente, pero la coartada de la libertad de expresión no sirve ante tamaño desaguisado. Una cosa es libertad de expresión y otra muy diferente la competición de decir o escribir el mayor número de chorradas por minuto.
Lo que tienen bastante logrado es que con estos argumentos el país está anestesiado con tanto deporte y no se preocupe de lo verdaderamente real, aunque quizá eso es lo que se persigue.
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