lunes, 28 de enero de 2013

DE MAL EN PEOR

DRAMA NACIONAL

Y no hay manera. El último dato de la EPA de año 2012 ha sido de los que dejan escalofríos, casi 6 millones de parados. Un cifra que, en circunstancias normales, haría hervir la sangre patria y las calles podrían convertirse en un hervidero. Sin embargo no ha ocurrido así. Con una sensación a medio camino entre resignada y pasota, la gente ha bramado pero la cosa no ha pasado de ahí. Es un país bastante atolondrado. Si es nuestro equipo de fútbol el que amenaza con desaparecer otro gallo cantaría Porque, o la familia está aguantando con una fuerza sobrehumana el papelón de la crisis o la economía sumergida es muy superior a lo que nos cuentan o somos unos masocas. No hay otra manera, ya que según el mismo informe son más de 1,8 millones de familias las que no tienen ningún tipo de ingresos, por lo tanto aquí hay truco.
Esto le viene de perlas a este Gobierno que no sabe como parar la sangría y encima tiene la desfachatez de decir que sin sus reformas la cosa sería peor. Decíamos del gobierno anterior, nefasto a más no poder, pero estos también tienen su tela.  Podría ser verdad, pero de lo que no cabe ninguna duda es que su cacareada REFORMA LABORAL, que ha hecho retroceder en derechos unos cuantos decenios, ha permitido a los empresarios limpiar sus empresas de personal "sobrante", pero que les haga mantener sus beneficios, que ha convertido en mileuristas a gente superpreparada, que no le queda más remedio que aceptar esto o largarse a otro lugar  y que puede ayudar a desmantelar un tejido productivo español que guardaba un equilibrio muy inestable, sencillamente es una reforma que  no sirve. Se han equivocado en el diagnóstico y en aplicar los remedios.
Y todavía desde algunas organizaciones europeas dicen que hacen falta más reformas, pero ¿de verdad saben lo que dicen?. Lo que hace falta es una reforma seria y bien hecha, que ataque los problemas de raíz, acabe con privilegios  y ponga a todo el mundo a trabajar en la misma dirección. La competitividad no se gana con descensos salariales, ni con más horas de trabajo, sino con una clara apuesta por la persona y una organización de las tareas que sea lógica y aproveche al máximo las cualidades de quién realiza el trabajo. Y con muchas menos trabas administrativas, con menos empresarios buitres y más solidaridad, que de verdad se preocupen por sus recursos humanos y no tanto por la cuenta de resultados. Hace falta una reforma de MENTALIDAD, que acabe con clichés que no nos beneficien y saquen lo mejor del conjunto como país, porque materia prima hay de sobra. Necesitamos gestores valientes. Y si la clase política, empresarial y social que actualmente dirige no  es capaz, que de paso a otros que si sepan como hacerlo, que seguro la hay.
Estos casi 6 millones de parados son 6 millones de tragedias, de desilusiones, de sueños incumplidos, que amenaza con dejar a una generación de españoles y españolas muy preparados como un generación perdida y que pagaremos sus consecuencias en un futuro no muy lejano. Un 55% de paro juvenil , una cantidad ingente de personal de más de 45 años con un futuro muy complicado, una población cada vez más envejecida, no es algo muy alentador. A todo ello hay que añadir unas organizaciones sindicales que viven en su mundo de yuppi, anclados en pancartas del siglo XIX, que son más un problema que una solución.
¿Pero, qué hemos hecho para merecer esto?

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