LIBERTAD DE EXPRESIÓN
En estos últimos días están saltando a los medios de comunicación varios temas relacionados con la libertad de expresión. El autobús de Hazteoir, el asunto del Drag Queen en el Carnaval de Canarias y un programa de la ETB con una visión muy particular que, "se supone", tiene el pueblo vasco sobre España. Cada vez es más fina la línea que separa la libertad de expresión con la ofensa, pero también es cada vez más ancha el trato que se da al tema según a quién le escuece. El autobús de Hazteoir fue detenido por decreto con el pretexto de que incita al odio, en el tema del Grag Queen que parodió a Cristo las reacciones han sido más tibias, aunque parece que la Fiscalía ha tomado cartas en el asunto; mientras que con el programa de la televisión vasca, el tema se quiere cerrar con que es una broma un poco pesada. La intervención de Iñigo Urkullo ha tratado de quedar bien con todos, cuestión harto improbable.
Es curioso que los que más protestan por la llamada "Ley Mordaza", en la que no les falta razón, si son mucho más permisivos con otro tipo de expresiones libres que a mi, personalmente, me molestan. La principal manera de defender la "sacrosanta" libertad de expresión es respetar creencias, pensamientos y actitudes de otras formas de ver el mundo, sin ofender a nadie. No es una calle de dirección única, es de doble dirección, aunque no lo parezca la libertad tiene un límite, y está donde empieza la libertad del que tienes al lado. Para exigir respeto y libertad, lo primero es empezar por uno mismo. El doble rasero no es una solución. No lo olvidemos.
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