¿ESO ES REFORMA LABORAL?
Ha sido una batalla entre las dos regionales autonómicas más
poderosas de este país: Madrid y Cataluña. Todo por el nuevo rey Midas, Sheldon
Adelson, que promete unas inversiones millonarias y no se sabe cuántos puestos
de trabajo a cambio de hacer la vista gorda o mirar hacia otro lado en ciertas
leyes. Al final los madrileños se han llevado el gato al agua y el magnate
americano va a colocar su putiferio en una localidad madrileña a determinar y
por lo que varias están dispuestas a venderse al diablo con tal de quedarse con
el rimbombante EURO LAS VEGAS. De poco o nada vale que el tal Adelson sea
investigado en su propio país por soborno y evasión de capitales, de que las
condiciones laborales de sus empleados sean cuestionadas… en CHINA, que como
todo el mundo sabe es un paraíso laboral. Lo de los políticos españoles ya se pasó de la
raya hace tiempo, pero son capaces de seguir impresionando a todos. En
Cataluña, como niños que se han quedado sin juguete ponen morrito y se sacan de la manga un complejo llamado
Barcelona WORD, una especie de Parques Reunidos Ruinosos S.A. y cuyo principal
valedor es Enrique Bañuelos, otro angelito de los pelotazos inmobiliarios y del que en Brasil nos pueden hablar de su
vida y milagros. ¡Por favor!
Porque no ponen tanto interés en traer en las mismas condiciones
a empresas de tecnología punta, que se acerquen a Silicon Valley y vendan
España como el lugar ideal para que traigan sus franquicias, ofrezcan todas la
facilidades legales que ofrecen al tal Adelson, porque la mano de obra la
tenemos, gente suficientemente preparada y con ganas de trabajar y descubrir
nuevos productos que supongan una ayuda a la sociedad.
Y que venga nuestro Gobierno y diga que esa sí es resultado
de una reforma laboral que nos retraído cerca de 30 años en derechos y nos ha
devuelto a las cavernas de era industrial, cuando el ser humano era un simple
instrumento de producción, como una fresadora y que afortunadamente ya solo era
parte del pasado. No señores ministros, lo de Sheldon Adelson no se debe a su
hilarante reforma laboral, sino a algo mucho más primitivo del ser humano, la
codicia.