martes, 29 de noviembre de 2016

ADIÓS A FIDEL CASTRO


Fue la representación por excelencia (junto al Che Guevara) de la revolución. Un hombre que vivió por encima de su propia realidad. Ha fallecido Fidel Castro, quizá el último gigante político del S.XX. Como suele ocurrir en estos casos, su muerte produce tanta pena como alegría, según como sople el viento. En su patria cubana ya nada será igual, habrá un antes y un después tras la marcha del comandante. Ahora los cubanos tienen en su mano el futuro. Se ha ido el hombre de los discursos eternos, el que siempre tenía razón, el que se buscó los enemigos más poderosos del planeta, el padre para algunos y el dictador para la mayoría, el hombre cuyo retrato se comparó al del mismísimo Jesucristo. La Historia le juzgará, pero quizá la mejor definición sobre su persona sea que representó lo mejor y lo peor de la Revolución. Sea como fuere: ¡¡¡DESCANSE EN PAZ!!!

martes, 22 de noviembre de 2016

DEMOCRACIA  A LA CARTA



Que el triunfo de Donald Trump está levantando sarpullidos en todas la regiones del planeta no es nada nuevo. Lo que verdaderamente extraña es lo que ocurre en los propios EE.UU. En el país de la democracia por excelencia, de donde se han copiado y se copian, con más o menos acierto, sus sistemas, sus valores o sus ideas markentinianas, resulta que es un lugar abonado para no aceptar una de las máximas de la democracia, el pueblo que vota nunca se equivoca. No habían pasado 24 horas del triunfo de Trump cuando en las principales ciudades norteamericanas se realizaban manifestaciones anti-Trump, con el logo: "No es mi presidente", y algunas de ellas acabaron violentamente. La polarización de la sociedad americana lleva a estos peligrosos puntos. El primer artículo de la democracia consiste en saber cuando se gana y cuando se pierde, y aceptar aunque sea tragando sapos y culebras, el inapelable resultado de las urnas. Aunque éstas coloquen en la cúspide a un personaje muy, muy peligroso; hay 60 millones de votantes que dicen que le quieren. A ver sis ahora va a resultar que soy demócrata si sale lo que a mí gusta y si no es así, me rebelo y quiero echar abajo todo. Lo primero que habría que analizar es porqué se ha llegado a esta situación y luego ver la forma de revertirlo, reconocer la victoria del rival (tremendo fallo de Hillary Clinton dejando este muerto a su jefe de campaña y no dar la cara ella) y trabajar para que la próxima oportunidad sea la buena.  La democracia es un sistema con lagunas, pero mientras no se demuestre lo contrario es el mejor (o el menos malo) de los sistemas conocidos. Los norteamericanos que siempre presumen de libertad y respeto, que buscan imponer el sistema democrático en muchos países, de una u otra forma, no pueden ahora caer en la tentación del pánico y llevar su indignación por esos derroteros. Les guste o no, Donald Trump es presidente de USA y punto. Ahora lo que tienen que hacer es vigilarlo, controlarlo (tienen cauces para ello más que de sobra) y demostrar que como pueblo están por encima de él. Como ocurre en el resto de los llamados países demócratas. Si quieren seguir considerándose la cuna de la libertad y seguir con el sueño americano, éste es un buen momento para demostrarlo.

jueves, 17 de noviembre de 2016

TURURÚ TRUMPETA


Las últimas elecciones a la presidencia de los USA han tenido en vilo a todo el planeta. La personalidad de los dos candidatos, por un lado la posibilidad de que una mujer, Hillary Clinton rompiera el famoso techo de cristal y por otro el imposible de definir millonario empresario Donald Trump, con unas ideas misóginas, machistas, xenófobas y muy poco respetuosas con el "establishment" imperante, hacían que la campaña se convirtiera en las más sucia, áspera e irreverente de toda la historia norteamericana. Y la cosa traspasó sus fronteras, llegando a sesudos análisis socio-político-culturales-económicos de lo que ocurriría en caso de que ganase un candidato u otro. Lo que al principio parecía un sueño loco, se convirtió en una pesadilla, la posibilidad real de que Trump ganara. Primero arrasó en las primarias del Partido Republicano, contra todo el aparato y sus dirigentes, luego recortó punto a punto la desventaja que su rival, Hillary, le sacaba al principio. Con un mensaje simplista, dirigido a la llamada "América profunda", la que no es cosmopolita, la que no sale en las postales, la que no vive en grandes núcleos urbanos y la que más a sufrido en sus carnes la tremenda crisis económica que también ha golpeado en USA, supo acoger el descontento que una muy importante masa de la población tiene contra Washington y todo lo que significa y que Hillary representaba. La noche del 7 al 8 noviembre el mundo contuvo la respiración para al final soltar una especie de berrido de temor, indignación y juramentos en todos los idiomas del planeta. 
Su resultado no es más que una nueva demostración de que el mundo está cambiando y que mucha gente no quiere enterarse. Las realidades sociales van por un lado y las realidades políticas por otro, la crisis está dejando demasiados cadáveres en la cuneta y los Gobiernos y Estados no están sabiendo dar respuesta a los problemas de la gente. En el mundo super tecnificado y globalizado de hoy, uno de cuyos principales errores es dejar fuera a grandes capas de la población, ya sea directa o indirectamente, en que la llamada clase media está sufriendo una crisis de identidad y colocación, la gente busca a los profetas, a los que ponen en tela de juicio el sistema imperante. Trump no dice  nada que la gente no quiera oír, sino que dice lo que la gente quiere escuchar. Las llamadas élites no hacen más que mirarse el ombligo y han abandonado al mayoritario resto de la población. La democracia de partidos con más de 200 años de antigüedad se ha burocratizado y ha perdido la conexión con la realidad. Son dinosaurios en una época de animales rápidos y efectivos. Mientras no se demuestre lo contrario la gente a la hora de votar lo hace solo con una papeleta y su conciencia, además de votar con una mano en el bolsillo, si éste se encuentra vacío va a votar con rabia castigando a los que considere culpables y buscando una tabla de salvación. Es el individualismo del "ande yo caliente y ríase la gente", si para ello hay pisar callos o cuellos no pasa nada, si para ello hay que retroceder décadas o siglos en avances y derechos sociales da igual, primero es lo  mío y luego ya veremos.
No ha ganado Trump, ha perdido Hillary, que no supo vencer esa imagen fría, distante, ambiciosa, incluso algo inhumana del sistema que representa; Trump supo ganar la batalla de los sentimientos, casi siempre exhacerbados, de buscar culpables (negros, latinos,inmigración,...), ofrecer una esperanza de recuperar tiempos mejores. No es nada nuevo, es tan viejo como el mundo, pero una vez más ha funcionado.  
Nos esperan unos años interesantes. La democracia es un sistema tan libre y tan equitativo que cualquier cretino es capaz de gobernar incluso la nación más poderosa de la Tierra. Esperemos sus resultados.

jueves, 3 de noviembre de 2016

HABLEMOS DEL GOBIERNO


¡Por fin! Después de 10 meses de auténtico esperpento, con dos elecciones y una tercera que se ha quedado muy cerca, España ya tiene Gobierno. Para ello ha sido necesario que el PSOE se autoachicharrara en una lucha fraticida de la que va a tardar mucho tiempo en restañar y que Ciudadanos le diera su apoyo (a regañadientes) a Mariano Rajoy y al PP.
Suponemos que ahora que se habla y mucho de la legislatura del consenso y del diálogo, lo sea de verdad y se ataquen de una vez por todas los tremendos y urgentísimos problemas que tiene España.
Es hora de ponerse a trabajar, devolver la ilusión por la clase política dirigente a una ciudadanía que ha asistido entre perpleja y cabreada a uno de los episodios históricos más bochornosos de la historia española. ¡Y mira  que hay para elegir!