DUEÑOS DE NUESTRO DESTINO
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SI NO LO VEO NO LO CREO
Es que no me lo explico, el triunfo de la selección española de baloncesto en el último Campeonato de Europa es para un sesudo estudio clínico. Sinceramente, no daba un céntimo por este equipo y me conformaba con lograr la clasificación para el próximo preolímpico, donde estando "los buenos" nos pondrían en Río 2016. Y la cosa empezó por ahí, derrota frente a Serbia y juego más bien pobre, tras lo de Italia el pesimismo era generalizado. El resto de la primera fase fue una agonía tras otra con la sensación de irse al abismo en cualquier momento. El partido frente a Alemania fue de los de infarto. el último tiro libre de Schroeder paralizó los corazones más duros. Se pasó con muchas dudas y el comentario general de que esto era Gasol y once más. Pero en lo cruces los hados decidieron que había que hacer algo grande y cimentados sobre un Pau inconmensurable, increíble, fantástico y absolutamente determinante, acompañado por gladiadores que se dejaron la piel en cada minuto se alcanzó el cénit frente a Francia, que aún no se deben explicar lo que pasó allí. El extratosférico encuentro de Pau Gasol con 40 puntos y una exhibición de juego, liderazgo, empuje y mala leche llevó a la final a un grupo que basó todo su bagaje en la la defensa y la fe, porque lo que es razonamientos tácticos yo no encuentro ninguno. Es el MVP más claro que ha existido. La final frente a Lituania fue un trámite, los lituanos que tampoco se esperaban estar allí se convirtieron en un digno sparring para pasar un buen rato. La medalla de oro estaba ganada antes de salir. El efecto sicológico de la selección española era demasiado para ellos.
Nadie que entienda de baloncesto es capaz de dar una explicación mínimamente coherente de lo vivido estas dos semanas, sencillamente es imposible. Porque no se puede negar que el grupo era técnicamente flojo y con carencias por todos los lados, con jugadores para rellenar banquillo y todo basado en lo que un jugador era capaz de hacer y solucionar. Lo bueno es que este jugador ha jugado superlativo, dimensional, fuera de toda lógica humana, con una actitud dentro y fuera de la cancha impresionante. En PAU GASOL se centran todos los elogios y no hay palabras para destacar lo de este chico, su noche frente a Francia quedará en los anales, no solo del deporte sino dentro de la propia historia hispana. Dentro de muchos años se seguirá hablando de ello, estoy seguro Yo, al menos, no pienso olvidarlo mientras viva. Pero no se puede negar que el resto del grupo dieron una lección de fe, confianza, narices y valor como pocas veces he visto en mi vida. Pudieron jugar mejor o peor pero sudaron, pelearon, trabajaron y se apoyaron para lograr la medalla de oro más trabajada y sudada de la historia del baloncesto.
El año próximo en las Olimpiadas se cerrará un ciclo único y probablemente irrepetible del deporte español y del baloncesto en particular, esperamos y deseamos que sea en una final con USA. De verdad nos lo merecemos y se lo merecen. Pase lo que pase. Mientras enviamos un agradecimiento y un saludo a estos fieras que me han hecho estar clavado al televisor como pocas veces.
¡¡¡¡¡¡ GRACIAS......!!!!!!