lunes, 10 de marzo de 2014

               CRIMEA: OTRO PATIO TRASERO EUROPEO



Anda últimamente la diplomacia internacional un tanto soliviantada por la llamada crisis de Crimea. Este punto estratégico europeo, que es una parte autonómica de Ucrania amenaza con desprenderse de este país y volverse con Rusia como consecuencia del follón en que se ha convertido Ucrania. Aquí, el pueblo llano, ha hecho salir por piernas al presidente Yanukovich con continuas protestas en la calle que terminaron con más de 90 muertos. El amigo Putin, que de tonto no tiene un pelo, se colocado de parte de los de Crimea y, ni corto ni perezoso, ha colocado allí unos 15.000 soldados de élite del ejército ruso y ha dicho que no le mueve ni Rita. La comunidad internacional, con más ruido que nueces, amenaza con represalias a los rusos que se las pasan por el vodka. Debemos recordar, porque hay mucho paleto histórico, que a mediados del s.XIX ya hubo una llamada Guerra de Crimea, cuyo hecho más famoso  y literario fue la carga de la Brigada Ligera. Es decir, que llueve sobre mojado.
Lo verdaderamente preocupante es la actitud de la "diplomacia" europea que no sabe a lo que juega y ni siquiera sabemos si juega algo. Puede ocurrir un caso parecido al de la Guerra de los Balcanes de finales del s.XX, donde Europa se cubrió de gloria dejando que se mataran entre sí, con verdaderas atrocidades aún no aclaradas y menos perseguidas. Claro que con unos dirigentes europeos preocupadísimos por las elecciones del 25 de mayo al Parlamento europeo, preocupados en colocar su culo en un asiento tan apetecible de una Cámara que no pinta nada, pero que da buenos beneficios; quién se atreve a moverse ahora. Igual que en los Balcanes, estos países son el patio trasero de Europa, donde ahora lo que importa es una crisis económica resultado de unos cuantos años de desmadre mercantil y financiero de todos los países.  Y de una generación de dirigentes mediocres como nuca en toda la historia europea. La diplomacia europea está en manos de burócratas que han ido ascendiendo de asiento en asiento en Bruselas, pero de enterarse de lo que pasa en el mundo, ná de ná. Europa ha dejado de ser un referente ético mundial y ahora los aires soplan de otro lugar, sin que nuestros dirigentes tan preocupados por el ajuste   monetario lo supieran ver y mucho menos entender. A ello añadir que por Ucrania pasa el oleoducto ruso de gas y eso son palabras mayores. El presidente yanki, sr. Obama, Premio Nobel de la Paz, no tiene el horno para bollos en su propio país como para calentar el horno de otros. Esperemos y deseemos que, al final, se imponga la cordura y la cosa no llegue a mayores, eso sí con un gran damnificado, el pueblo ucraniano.

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