¡ PELIGRO, TIBURÓN EN EL
AGUA !
Siempre en los Juegos Olímpicos
aparecen nombres que traspasan la noche de los tiempos. En estos de Londres
2012 varios han sido los que cumplen ese requisito. Sin duda alguna uno de
ellos es l Michael Phelps, el tiburón de Baltimore. Después de todas sus participaciones
en unos Juegos va a terminar con la formidable cifra de 22 medallas, 18 de
ellas de oro. Una hazaña y unos logros solo permitido a los elegidos. Y aún
había gente (periodistas) que ponían pegas a sus logros, que si llegaba bajo de
forma, que si tenía ya 27 años, que si ya no entrenaba,… excusas, una vez e n
el agua solo se podía admirar su forma de nadar, sus giros, su impresionante
figura de brazos y piernas tan largos y tan esculpidos al agua que parecía no
tener que hacer esfuerzo para flotar en la piscina. Su mirada de concentración al
tirarse a competir impresionaba a sus rivales y si algunos le han batido deben
sentirse unos auténticos privilegiados, orgullosos de decir: “yo batí al Tiburón”.
Se marcha con el mayor número de
medallas conseguidas en los Juegos, un record muy difícil para las generaciones
futuras, un admiración de todos sus rivales y un ídolo para aquellos que aman
el deporte como símbolo de esfuerzo
individual y de búsqueda de la gloria. Solo
los más grandes quedan en el recuerdo y Michael Phelps es uno de ellos. Dentro
de muchos años seguirán siendo recordadas sus hazañas, sus gestas, sus tiempos
y sus medallas. Las piscinas ya serán un lugar más tranquilo, ya no hay un
Tiburón por ellas.
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