SORPREXIT
Las elecciones celebradas el pasado 26 de junio y los resultados de ella han dejado al país como anonadado. Porque nadie, absolutamente nadie, esperaba esos resultados. En sí no resuelven el problema de formar un Gobierno mínimamente estable, aunque han aclarado un poco el panorama. El gran beneficiado del asunto, el PP, es el único partido que, con toda la que le está cayendo, ha subido en votos y en escaños.El resto, PSOE, UP y C's, en más o menos medida han caído. Los sesudos analistas periodísticos, radiofónicos, tertulianos y demás fauna, que no dieron pie con bola sobre lo que iba a ocurrir, ahora quieren hacernos comprender que es lo que pasado, dándoselas de listillos. Sí, eso es lo que son, unos inútiles listillos . Lo que ha pasado, pura y sencillamente, es que la gente al meter la papeleta en la urna vota lo que da la real gana. Y punto. Las razones para hacerlo por este u otro partido quedan entre el que ejerce su voto y su conciencia, lo demás es palabrería barata. Y eso reza también para los que se quedan en su casa y no votan. Para quién no se quiere enterar hay que decir que la sociedad española es mucho más rica en matices, en conocimiento y valorar lo que tiene que cualquier político de este país y desde luego mucho más que cualquier cantamañanas que se pone en la radio o en la televisión a decir una gran cantidad de sandeces que, a la gran mayoría, le traen al pairo. Se dice que los políticos están alejados de la realidad, pues estos sesudos analistas de los medios de comunicación es que viven en otro planeta. Y lo de las empresas demoscópicas es para mear y no echar gota. ¡Patéticos! En cualquier empresa medianamente seria ya se habrían ido al carajo.
Lo que la gente quiere y dice con el voto en la mano, es que los problemas de este país se resuelven entre todos, que o remamos juntos o nos vamos a la mierda, que nadie tiene la exclusiva de la solución de los problemas, que en un mundo globalizado (que a mucha gente esto le da pánico), las soluciones son globalizadas, que tengo que escuchar y aprender de los demás, en vez de mirarme mi maravilloso ombligo y que, con humildad, debo reconocer que estaba equivocado y que necesito la ayuda de los demás. Lo que la gente decimos es que la sanidad, la pobreza, la justicia, el despiporre financiero, el paro, etc... EXIGE un esfuerzo colectivo y les decimos a los que elegimos para que nos representen, no para que nos manden, que tienen que sentarse, dialogar, pensar en el bien colectivo, sin excluir a nadie y que, así como quién no quiere la cosa, nos pidan por lo menos opinión. Que no somos consumo electoral. Somos personas y ciudadanos. Vamos a ver si entra en la cabeza de unos cuantos.